miércoles, 12 de noviembre de 2008

El uso de un grupo virtual: una estrategia para el registro de avances educativos

Resumen
En este trabajo, se plantea como hacer uso de un grupo virtual para registrar los avances de los estudiantes en el trabajo de aula, destacando las características que lo hace ser una herramienta para dicho fin, ejemplificando de manera concreta su aplicación en un grupo de educandos a nivel bachillerato en la modalidad presencial.
El uso de un grupo virtual: una estrategia para el registro de avances educativos
Desde su aparición, Internet no ha parado de crecer y con ello las herramientas que brinda, desde las que fueron creadas para uso comercial, como el correo, los mensajeros electrónicos, los grupos, las redes sociales, etc., hasta las específicas de los ámbitos laborales y educativos. Ahora bien, cualquiera que sea su uso, todos se caracterizan por promover interacciones virtuales, debido a que todo actividad que se lleve a cabo por medio del uso de tecnologías recibe el adjetivo de virtualidad. En particular, los “grupos virtuales” que fueron creados en un inicio con fines comerciales, se han ido insertando a la labor educativa, para ser una de las estrategias de aprendizaje con las que cuenta el docente y que puede generar de forma gratuita y sencilla, en buscadores comerciales como por ejemplo: http://mx.groups.yahoo.com/.

Los grupos educativos virtuales dan la posibilidad de que sus miembros (los alumnos y profesor) puedan consultar los avances que se han ido logrando en el proceso de aprendizaje, ya sea en el aula misma o en otros espacios como la casa, el ciber café o bibliotecas que cuenten con recursos de computadora y acceso a Internet. Además, permite intercambiar materiales de interés, entrar en contacto unos con otros para intercambiar de manera directa sus experiencias de aprendizaje, etc.

En el siguiente trabajo, se plantea como se puede insertar un grupo virtual en las actividades de registro de avances de los estudiantes en el trabajo presencial, posteriormente se exponen cuáles son algunas de las características del mismo, finalizando con un ejemplo concreto de aplicación, en un grupo de educandos a nivel bachillerato en la modalidad presencial.
Los grupos virtuales en el aula y sus características
Históricamente, el sistema educativo había centrado la atención del proceso enseñanza-aprendizaje, en el desempeño del docente, ahora, se ha ido centrando en los procesos de aprendizaje del alumno; la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el 2004, señaló “… El rol del docente se extiende al de facilitador de la colaboración y el trabajo en red entre comunidades locales y mundiales”.

Un apoyo fundamental para responder a estas demandas, sin duda, son las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), y de entre ellas, los “grupos virtuales”, brindan ventajas específicas que pueden ser explotadas en el trabajo de aula.

Para entender qué es un grupo virtual, hay que iniciar aclarando a que hacen referencia los términos “grupo” y “virtual” por separado. En relación al primero, los estudiosos del fenómeno, como Anzieu & Martin (1971), dicen que un grupo es cuando “se reúnen (personas) en número pequeño, mediano o elevado... con una frecuencia de reuniones más o menos grande, con una relativa permanencia de los objetivos en el intervalo de las reuniones”.

En cuanto a la virtualidad, la literatura especializada refiere que ésta se da en el momento en que las personas se “reúnen” utilizando diversos medios, que excluyen la posibilidad de hacerlo de manera presencial y se logra a través del uso de las TIC. Estas reuniones, al igual que en un contexto “cara a cara”, comprenden reglas de funcionamiento, donde queda explícito el respeto, la posibilidad de mostrar trabajos, el ser retroalimentado, etc.

Ya establecido lo anterior, la pregunta ahora es ¿para qué se pueden ocupar en un grupo de modalidad presencial?

Estas formas de reunión, son parte de las estrategias que puede implementar el profesor en el trabajo de aula con un grupo presencial. Al hacerlo no corre ningún riesgo de que se incluyan gente que no pertenezca a el, pues desde que lo crea, será el administrador y sólo aceptará, por medio de la función correspondiente, a los alumnos que se quieran dar de alta con una cuenta de correo específica para ello. Cada integrante que forme parte de este espacio tendrá la posibilidad de añadir su carpeta y en ella colocar la información y las evidencias que le solicite el maestro, igualmente accederá a las carpetas de otros compañeros y podrá cotejar su trabajo con el de otros e ir mejorando lo que falte o apuntalar lo que este bien realizado.

El uso del grupo virtual promueve el intercambio de experiencia entre sus integrantes, facilita su comunicación, permite el acceso a fuentes de información, pero la parte medular, y por lo que se propone su uso en este trabajo, es la posibilidad que dan de crear un espacio en el que los alumnos pueden recopilar diferentes actividades desarrolladas en el aula, con el fin de monitorear su propio proceso de aprendizaje.

El abrir un espacio virtual implica, tal como lo señala Moran (2006) “1. Definir claramente los objetivos de la creación del grupo, los objetivos pueden ser definidos con base en las ventajas…”

Con lo que podemos confirma lo señalado por Gacel (2007), cuando dice al respecto del uso de la tecnología:

... la tecnología moderna no es una panacea. Para crear un ambiente de
aprendizaje más activo e interactivo los profesores deben tener una visión clara
de los propósitos de las nuevas tecnologías y saber integrarlas de la forma más
efectiva en el diseño y presentación del programa. En consecuencias, los
profesores deben ser entrenados en el uso de los canales y apoyos pedagógicos.

Al externar los objetivos, también se deben establecer las normas y reglas de uso, al igual que se hace de manera presencial al inicio un ciclo escolar, y posteriormente se debe aclarar la manera en que serán las participaciones de alumnos y maestro; recordando que la finalidad es el seguimiento, por parte ambos, de las actividades relacionadas con el desarrollo de los trabajos realizados en el aula y serán parte de los elementos de retroalimentación.

Si no se deja claro la finalidad sobre el uso, se corre el riesgo de que se vuelva contraproducente, pues si el responsable del grupo no esta pendiente de las participaciones de los miembros, estos pueden darle usos personales y no académicos, lo que rompería con la finalidad para lo cuál se creó.

Estos espacios además, hacen que los discípulos tengan la posibilidad de: “Sentir menos temor de expresar sus ideas principales al contar con el tiempo suficiente, la privacidad e independencia para reflexionar su participación” (Roquet, 2005), dicho de otra manera, pueden expresar sus ideas con más calma de lo que podría hacerlo en el salón y precisando lo que requieren decir y saber.

Pero por otro lado, el anonimato que da un espacio virtual, hace que los participantes se sientan “liberados” de alguna forma, y si el maestro no es cuidadoso de involucrar a todos los estudiantes, dejará que los que “se pierden” queden así, perdidos:

La interactividad entre profesor-alumno (comunicación vertical) y alumno-alumno (comunicación horizontal) es fundamental para propiciar el intercambio de conocimientos y experiencias de aprendizaje. A la distancia es más necesario que cada alumno se muestre participativo, de lo contrario parecería que no está dentro del grupo (UNESCO, 2004)

De ahí la importancia de motivar y supervisar que cada alumno compile lo solicitado en el tiempo establecido; por lo consiguiente, el docente debe ser quién abra y administre el grupo, vigilando que todos incorporen sus trabajos en los archivos del grupo, minimizando, por un lado la apatía de los estudiantes y por otro, supervisando que la información presentada, sea realmente resultado de la labor de los alumnos y no un acto de plagio de la información, pues de ninguna manera un grupo o comunidad de naturaleza virtual, libra a nadie de esta tarea. Como lo dice Cerezo, H. (2006), es necesario: “…promover la reflexión ética respecto a comportamientos específicos en los alumnos, tales como distinguir entre las producciones académicas propias y ajenas, y trascender sobre las consecuencias e implicaciones del plagio académico en la vida estudiantil y profesional”.
Un uso concreto en el aula
El uso de un grupo virtual se puede ejemplificar de la siguiente manera:

Imagine que en una clase presencial el docente plantea la realización de una actividad relacionada con alguna temática y que se realizará desde el inicio hasta el fin del ciclo escolar. El trabajo final una presentación electrónica en la que se resuman los contenidos del curso, lo cuál implica que los escolares se reúnan después de clases, que intercambien las notas que toman y vayan elaborando la presentación; para evitar cuestiones de falta de tiempo, de recursos o que no puedan asistir al trabajo en equipo por falta de permisos de sus padres, el profesor decide utilizar un grupo virtual.

Por lo que explicará cual será la forma de participación, organizando al alumnado y decidiendo si cada integrante tenga su carpeta de archivos o sólo haya una carpeta para todos los integrantes del grupo, a la que puedan accesar y modificar, así como determinar cada cuando se revisarán los avances que vaya teniendo la tarea.

Igual de importante es el establecer fechas para conocer los avances y que el profesor y administrador del grupo virtual brinde la retroalimentación y la orientación al trabajo que se va realizando, siendo el reflejo, para los estudiantes, de las competencias que van logrando en cada sesión, lo que les permitirá determinar su propio avance y reflexión sobre ello.

En vista de lo anterior, a mediano plazo cualquier alumno podrá autoevaluarse, con tan sólo revisar las versiones previas al trabajo final, actividad que debe ser solicitada por el docente, acompañada de un escrito reflexivo donde los estudiantes expresen los avances que consideran han ido logrando y los retos a superar.

Además de poner como agente activo de su aprendizaje al individuo, el grupo virtual, también promueve la comunicación entre pares por medios diferentes al presencial, al utilizar los recursos que brinda Internet, más haya del sentido comercial de las comunidades sociales o redes de amistades, al pertenecer a un grupo conformado bajo un mismo interés, como es el académico.

En conclusión, un grupo virtual es sumamente provechoso por ser el punto de apoyo en donde profesores y estudiantes puedan converger para aprender unos de otros, si no también, porque sirve para que ellos, registren sus avances por medio de evidencias de trabajo y reflexionen a partir de ello siendo participes de su propio proceso de aprendizaje, al tomar consciencia de esté.

Referencias:

* Anzieu, D. y Martin, J. (1971). La dinámica de los grupos pequeños. Kapeluz: Buenos Aires.
* Gacel, J. (2007). Calidad y educación sin fronteras. Recuperado el 12 de octubre de 2008, de: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=68800607
* Cerezo, H. (2006) Aspectos éticos del plagio académico de los estudiantes universitarios. Recuperado el 11 de septiembre de 2008, de http://cecte.ilce.edo.mx/campus/file.php/46sesion71/lec_rec/cereco_huerta.doc
* Moran, N (2006). La inteligencia colectiva y los grupos de intercambio virtuales en la investigación y enseñanza superior. Recuperado el 3 de noviembre de 2008, de: http://www.cibersociedad.net/congres2006/gts/comunicacio.php?llengua=es&id=732
* Roquet, G. (2005). El foro de discusión a través de la Internet. México: CUAED
* UNESCO (2004). Las tecnologías de la información y la comunicación en la formación docente, Guía de planificación. Recuperado el 19 de octubre de 2008, de: http://unesdoc.unesco.org/images/0012/001295/129533s.pdf